El cáncer pediátrico es de aquellas pocas cosas en las que la gran mayoría de las personas si pueden estar de acuerdo. NO ES JUSTO.

No es justo y no porque el niño no pueda enfrentar esta enfermedad, pues muchos indicadores manifiestan que ellos pueden darle cara de mejor manera desde el punto de vista psicológico, incluso mejor que muchos adultos.

No es justo porque el tiempo que debieron estar en la escuela con sus compañeros, en el parque haciendo amistades o jugando (y peleando) con sus hermanos; deben pasarlo en el hospital. Lo que más pierde el niño es la sensación de que lo sacaron de su universo de juegos, amigos y escuela; para sustituirlo  por conceptos abstractos  que en muchas ocasiones ni siquiera comprenden completamente por su edad, como: “Tener fortaleza”, “Voluntad”, “Esperanza”, entre otros.
Algunas recomendaciones que le puedo brindar a la familia son:

1. Siempre, siempre, siempre busca ayuda psicológica  a nivel familiar para tener luces del cómo afrontar este evento.

2. El impacto emocional negativo que el niño vaya a tener va a depender  principalmente del observar cómo lo ha manejado su propia familia. Si ustedes se muestran ansiosos y en constante llanto él lo repetirá.

3. No le mientas, pero  tampoco le des detalles innecesarios. Únicamente permite que las dudas que pueda el niño tener, satisfacérselas.

4. Hacer que comprenda que esta enfermedad no es su culpa.

5. No condicionarle su mejoría a su conducta. En otras palabras, si hoy no quiere comer o no quiere tomar el medicamento, no le digas que por NO hacerlo, no se va a curar. 
Los niños son mucho más perspicaces de lo que los adultos podríamos creer. Ellos mismos podrán llegar a la conclusión que si no come tendrá  hambre o sin el medicamento tendrá molestias en unas horas. 
En lugar de hacerlo sentir responsable por su mejoría al señalarle lo que está haciendo mal, es más efectivo felicitarle cuando toma decisiones correctas.

Estas son algunas de las muchísimas recomendaciones que pueden seguir para hacer que esta experiencia sea más amena para los niños.
Si tienen dudas no dejen de escribirme.

Psic. Carlos A. Ayala C.